Esta
es una receta muy sencilla que he visto en el Facebook y en diferentes páginas de cocina, y he optado por replicar la de la página de "Juanan Sampere".
Merendar unas buenas galletas caseras no tiene precio y más si son sencillas de hacer. En este caso se trata de unas galletas blancas con textura fina y ligera, gracias a la Maizena, que tienen un sabor muy peculiar.
► Ingredientes para unas 30 galletas:
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350 grs de harina de maíz (Maizena)
200 grs de leche condensada
125 grs de mantequilla, sin sal, y al punto de pomada
40 grs de azúcar
1 cucharada de azúcar avainillado (o aroma de vainilla)
1 yema de huevo
una pizca de sal
► Elaboración:
1) Empezamos incorporando en un bol amplio la leche condensada, la mantequilla, la yema de huevo, el azúcar, el azúcar avainillado, y la pizca de sal.
2) Mezclamos bien todos los ingredientes con una varilla manual o eléctrica hasta que
esté todo bien integrado.
3) Añadimos la maizena tamizada para evitar que queden grumos y mezclamos bien con una espátula o directamente con las manos bien limpias, hasta tener una masa manejable y homogénea, que sea fácil de despegar de los dedos.
4) Dividimos la masa en bolitas del tamaño de una nuez y las colocamos en una bandeja de horno con papel vegetal o sulfurizado.
5) A medida que las vamos poniendo sobre la bandeja de horno, les daremos forma. Las aplastaremos con un tenedor y haremos unas
rallitas para que queden más bonitas, con esa forma tan característica que tienen. Para que el tenedor
no se pegue a la masa lo mejor es pasarlo antes por un poco de maizena
¡Así quedarán perfectas! Otra opción es hacer un hueco sobre la masa y rellenarlo con mermelada.
Hay que procurar dejar cierta distancia entre unas y otras porque luego crecerán un poco en el horno.
6) Una
vez que tenemos preparadas nuestras galletas, introducimos la bandeja en el horno precalentado, a media altura, y horneamos unos 12-14 minutos a 160º con calor por arriba y por abajo.
Deben quedar blanquitas, como mucho con un tono hueso. Solo se tostará
un poco la base, esa será la clave para saber que están en su punto.
7) Las sacamos del horno y las dejamos enfriar antes de moverlas ya que en caliente se rompen muy fácilmente.
Ya por último servir acompañadas de un buen chocolate caliente o un té, o con cualquier desayuno o merienda!
► Resultado
final: